sábado, 22 de junio de 2013


IX CARTA A ESTOMAKAL


 DONDE YA APARECEN LAS PRIMERAS PROHIBICIONES DE HABLAR CASTELLANO: EN EL SIGLO XVII.

¿Y qué ocurre con el pueblo llano, “pechero”? Si la clase alta, comerciantes, banqueros, editores se pasan al castellano, puedes hacerte una idea. Si además le añades el tráfico comercial y el trasiego de soldados, el cuadro puede fácilmente imaginarse. Hasta tal punto que:

“A comienzos del siglo XVII, cuando el obispo de Tortosa reitera a los sacerdotes la necesidad de predicar en valenciano, la ciudad de Castellón se sintió ofendida porque “esto ha hecho so pretexto de que en las villas y lugares de la dicha diócesis no entenderían la lengua castellana, y la dicha de Castellón y los vezinos della entienden tanto como la que más, assí por ser populosa como por tener mucha gente lucida que la compone” (Ibidem) (Seguramente saca la cita de John Cassey: El Reino de Valencia en el siglo XVII. Madrid 1983).

De este último autor y obra es también la cita de que “Evidentemente, en la documentación oficial se usaba el catalán y hay muchos autores que defienden su uso “per no esser ingrat a la Patria i naciò” como escribe Pujades en 1609, quien, no obstante inicia su crónica en catalán y la prosigue enseguida en castellano… al tiempo que Viciana traduce todos sus trabajos al castellano “solamente por hazerlos comunicables a muchas otras provincias”

“El castellano terminaría imponiéndose en las predicaciones por la presión del clero regular y de las propias autoridades catalanas. Los “ciutadans” de Gerona exigian a Joan Pau Forns en una cuaresma que predicara en castellano.” RICARDO GARCIA CARCEL. Historia de Cataluña. Siglos XVI y XVII. Barcelona 1985. Vol. I, pag. 81.

“En 1631, Pedro Puig, obispo de Solsona, amenazó con la excomunión a quien no predicara en catalán” RAMON LODARES. Lengua y Patria. Editorial Taurus. Madrid 2001. Pag. 82.

¡Vaya por Dios! Apareció otra vez el palo. Pero no como tu sostienes. De manos de un obispo catalán y para que no se predique en castellano. Y nada menos que en Solsona. O tempora! O mores!.


Pero volvamos a lo nuestro. Mejor dicho, a lo tuyo: ¿Quién “impuso” el castellano en Cataluña? A la vista de lo expuesto y de la cita que antes expuse de Ferran Soldevilla ¿cabe siquiera hablar de imposición? ¿Dónde está el palo?


Y ahora en serio; ¿sabes lo que pienso? Que tales ejemplos son producto de la época; estamos en el barroco, en el “cultismo”. Los curas del momento quieren, por un lado, sobresalir como “literatos”, y nada mejor para ello que utilizar la lengua “culta”; unos pedantes, en una palabra; por otro, pedagogía, en el buen sentido de la palabra: si el castellano es lengua de cultura y, por ende, de emancipación, enseñarla al pueblo en sus predicaciones.

Por lo demás, coincido plenamente con el texto que te trascribo:

“Las realidades fueron esas y no tiene sentido ni regocijarse por ellas desde un españolismo castellanista ni lamentarlas desde un nacionalismo catalanista o vasquista que gusta de presentar la historia como una tragedia; solo es preciso tenerlas en cuenta y explicarlas” LUIS GONZALEZ ANTON. Opus cit.Pag. 278.


Continuará.


 

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